Prevención de Corrosión en Estructuras de Acero

Hola, amigo constructor
En la construcción, la corrosión en las barras corrugadas se considera un enemigo silencioso, a menudo atribuido a factores ambientales como la humedad. Sin embargo, una revisión en la norma ACI 318-19 nos revela una realidad diferente. Contrario a la creencia popular, una capa ligera de óxido en estas barras no siempre es un signo de deterioro, sino más bien un aliado en el proceso de adherencia entre el acero y el concreto.

Déjame compartirte algo interesante: en el de Reglamento para Concreto Estructural, específicamente en el capítulo 26, se habla sobre este aspecto al permitir explícitamente el uso de barras de acero corrugado con una leve capa de óxido. Esta disposición desafía la percepción común de que el óxido es perjudicial para los componentes de acero, cuando en realidad puede ser beneficioso.

Es esencial comprender que el óxido leve actúa como un agente activador durante la etapa de fraguado del concreto, facilitando una adherencia más sólida entre las barras de acero corrugado y el concreto. Esta adherencia mejora la resistencia general de la estructura y forma una capa protectora que reduce la propagación futura del óxido, prolongando así la vida útil de la obra.

En resumen, lo que podría parecer un indicador de deterioro es un componente esencial en la construcción. La comprensión de este fenómeno no solo desafía las concepciones tradicionales, sino que también ofrece nuevas perspectivas sobre la prevención y el tratamiento de la corrosión en las estructuras de acero.

Es importante reconocer que este fenómeno es habitual en la industria de la construcción y se busca activamente controlar su impacto en las estructuras. A menudo se piensa erróneamente que una fina capa de óxido en las barras de acero es perjudicial. Sin embargo, en realidad, esta capa puede ser beneficiosa siempre y cuando la calidad del concreto sea adecuada, ya que ambos elementos están interrelacionados.

Ahora, profundicemos en cómo se genera esta capa de pasivadora. Las barras corrugadas se encuentran inmersas en una mezcla de concreto armado que incluye cemento, agua, arena y piedra. Es crucial que este entorno tenga un pH alcalino (superior a 11), lo cual depende en gran medida de la calidad de los materiales que componen el concreto. La capa de óxido, combinada con un pH alcalino, proporciona una protección adicional que prolonga la vida útil de las barras corrugadas.

Sin embargo, si el dióxido de carbono (CO2) del aire penetra en los poros del concreto, se desencadena un proceso de corrosión conocido como carbonatación. Este fenómeno involucra la reacción del dióxido de carbono con los hidróxidos presentes en el concreto, formando carbonatos y reduciendo el pH de la solución en los poros del concreto a menos de 8.5. Esta disminución del pH desestabiliza la capa pasiva del acero, lo que eventualmente conduce a la corrosión. Es importante tener en cuenta que la pérdida de la pasividad ocurre a un pH de 11.

Por último, es relevante considerar la influencia de la humedad relativa en el proceso de carbonatación. Cuando la humedad relativa del ambiente se encuentra entre el 50% y el 75%, se favorece la oxidación por carbonatación de las barras corrugadas.

¿Cómo puedo saber si la barra corrugada se está oxidando por carbonatación o no?

Para determinar en qué zona del concreto la barra corrugada está corroída:

1. Se utiliza el método de la fenol􀅌aleína que esta normado (BS EN 14630)
2. La parte incolora indica que la barra corrugada está en proceso de corrosión
3. Y la parte púrpura indica que la barra corrugada no está en proceso de corrosión.

Es importante señalar que el término “fenolftaleína en la norma (BS EN 14630)” es un nombre técnico, y su aplicación correcta se rige según lo estipulado en la norma mencionada anteriormente.
Este procedimiento visual es muy práctico para identificar zonas donde la barra corrugada está empezando a corroerse, y así tomar acciones sobre el asunto.
¡Sigamos construyendo un Perú más grande!